martes, 30 de octubre de 2012

El Evangelio de Tomás

El evangelio de Tomás, es un evangelio apócrifo que contiene 114 dichos o logiones atribuidos a Jesús. La versión completa de dicho evangelio se encontró en Nag Hammadi en idioma copto, pero 50 años antes aproximadamente, ya se habían encontrado fragmentos en griego en la ciudad de Oxyrhynchus en Egipto. A los fragmentos griegos se los conoce como "Papiros de Oxyrhynchus" y al texto copto, "Codex II de Nag Hammadi" respectivamente.

Varios teologos y estudiosos han considerado el evangelio de Tomás tan autentico como los mismo evangelios sinopticos (Mateo, Marcos y Lucas) y el evangelio de Juan e incluso se ha llegado a pensar que es el mas antiguo de los 5 evangelios. 

Al leer éste evangelio, cualquiera puede notar la diferencia con los evangelios canonicos, ya que éste no es un relato sobre la vida de Jesus, ni narra hechos ocurridos; si no compila solamente dichos de Jesús. Un gran porcentaje de los dichos compilados allí, también aparecen en los 4 evangelios y algunos otros son completamente nuevos. 

Ya Clemente de Alejandría cita al Ev. Tomás, sin nombrar la fuente.  El texto en cuestión es el proverbio N° 2, que dice: "Jesús ha dicho: 

Que quien busca no deje de buscar hasta que encuentre, y cuando 
encuentre se turbará, y cuando haya sido turbado se maravillará y 
reinará sobre la totalidad y hallará el reposo". Esto demuestra que el 
libro, en su forma primitiva, existía ya en el 190 d.C. fecha de 
composición de "Stromata" ("Remedios"), el libro que contiene dicha 
cita. 

No hay que confundir el evangelio de Tomás con el evangelio del pseudo Tomás que supuestamente narra los hechos de la infancia de Jesús y que parece mas que un evangelio, una broma de mal gusto; donde muestra un Jesús niño colérico y temible.  

Hay que tener en cuenta la fuerte influencia gnóstica en algunos de los dichos del evangelio de Tomas en su versión en copto, por eso es mejor una lectura lenta y como dice en la palabra, examinándolo todo y reteniendo lo bueno (1 tesalonicenses 5:21). 

Descargue acá el evangelio de Tomás

sábado, 20 de octubre de 2012

El Éxodo Decifrado

Documental sobre el éxodo por el famoso director de cine James Cameron, conocido por peliculas muy taquilleras como Titanic. Espero que lo disfruten.



jueves, 18 de octubre de 2012

Tiempos Peligrosos

"Es de mayor importancia, para el siervo de Cristo, en todos los tiempos, tener una clara, profundo, permanente e influyente sentido de su posición, su camino, su porción, y su perspectiva. Un conocimiento divinamente forjado del terreno que esta llamado a ocupar; la esfera de acción que se abre ante él; la provisión divina hecha para su consuelo y estímulo, su fuerza y guía; las brillantes esperanzas que se le ofrecen. Existe un extraño peligro que seamos tentados hacia una región de mera teoría y especulación, de opinión y sentimiento, de dogmas y principios. Frecuentemente se pierde la frescura del primer amor por el contacto con los hombres y las cosas de los que puedes llamarse "el mundo religioso". El verdor encantador del cristianismo personal del comienzo es a menudo destruido por un mal uso de la maquinaria de la religión, si se nos permite termino tal."

De uno de mis autores favoritos Charles Henry Mackintosh, un pequeño articulo llamado "Tiempos peligrosos". Acá el autor hace un llamado a mantener siempre fresco nuestro amor y Fe personal con Dios, mas allá de complacer opiniones de hombres y dogmas religiosos, mas allá de una iglesia o asamblea debe predominar la Verdad, la Fe y el Amor.

Para esto el autor resalta cuatro provisiones para los tiempos peligrosos:

  1.  La Fe no fingida.
  2. El fundamento Firme
  3. Las Sangradas Escrituras
  4. La corona de Justicia


Los invito a que lo lean, es un articulo corto pero con un mensaje muy claro y contundente.




Descargar Tiempos Peligrosos - C.H. Mackintosh

lunes, 15 de octubre de 2012

Hemos cambiado de Imagen

Con motivo, que nuestro blog esta creciendo, y cada vez tiene mas visitas. Hemos cambiado de imagen a una más personalizada, una que se acerque mas a la personalidad del blog, a lo que representa el titulo de éste y lo que significa para nosotros. Espero que sea de su agrado.

por otra parte no olviden escribir sobre cualquier duda, comentario, sugerencia, reclamo, lo que sea a 


lasdosimientes@gmail.com



Muchas bendiciones!!!

domingo, 14 de octubre de 2012

Tu, que alguna vez creiste

Tú, que alguna vez creíste

Un mensaje de ánimo para quienes alguna vez conocieron el evangelio y por cosas de la vida se alejaron.Muchas bendiciones.



viernes, 12 de octubre de 2012

LA SALVACIÓN - III


LA SALVACIÓN

(tercera parte)



El bautismo de Jesús

“Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos (los apóstoles) le dijeron: Podemos. El les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados…”
Mateo 20: 22- 23a[1]

¿A qué se refiere el Señor cuando dice: y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados”? ¿Acaso no habían sido bautizados ya los apóstoles? Acá se refiere el Señor al bautismo en el Espíritu, como ya lo había anunciado anteriormente Juan el Bautista:

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”

Mateo 3: 11

Si el Señor Jesús fue Santo y perfecto y no cometió pecado, ¿Por qué fue bautizado? Porque el no fue bautizado para ser perdonado de sus pecados, sino para recibir al Espíritu Santo:

“ Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Mateo 3: 16 – 17

Era por medio del Espíritu Santo que se manifestaba en Él que Jesús hacia los milagros, el estaba bautizado en el Espíritu, y el hizo la promesa que con este bautismo ellos serían también bautizados.

Y estando juntos, (Jesús) les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí.  Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.[2]
Hechos 1: 4-5

Luego a los pocos días narra también el libro de los Hechos:

 “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos (los apóstoles). Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;  y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” 
Hechos de los Apóstoles 2: 1-5

No es necesario bautizarse dos veces para recibir el Espíritu Santo, solo es necesario el bautismo en agua, y el bautismo en Espíritu se manifestara después, también no sobra aclara que cualquiera puede ser bautizado por el Espíritu Santo.

“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.  Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare…”

Hechos de los Apóstoles 2: 38-39

Una vez bautizados, somos sellados con el Espíritu Santo. Sello que nos será característico para el día del juicio.

“En él (En Jesucristo) también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”

Efesios 1: 13-14

También dice la escritura:

De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” 
Juan 3: 5

 “Y pondrá (en el día del juicio) las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.”
Mateo 25: 33


¿Cómo es posible ser contado entre las ovejas y no entre los cabritos? Es necesario tener el sello del Espíritu Santo para entrar al reino de Dios.

También existe el caso excepcional que persona tenga que ser bautizada dos veces, pero solamente en el caso que en el momento de ser bautizado por primera vez, esta persona no entendía las razones que lo llevaron a ello, es decir alguien que no entendía el evangelio pero fue bautizada. Recordemos que acá lo importante no es cumplir con el mero rito religioso, si no lo que cuenta es la Fe, el corazón con que se hace y por eso las cosas deben hacerse de la manera correcta, en pleno conocimiento y conscientemente. Leamos el ejemplo:

“Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. Eran por todos unos doce hombres.”
Hechos de los Apóstoles 19: 1-7

Acá aunque éstas personas seguramente se habían arrepentido no habían recibido el Espíritu Santo, porque no habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesucristo, es posible que no hayan oído de su muerte y resurrección, por lo tanto habían cumplido el primer requisito (arrepentirse) pero no los otros, entonces era necesario que fueran bautizadas de nuevo. Vemos también como reciben ellos el Espíritu Santo después de que Pablo les impone las manos. Es posible que un creyente bautizado que cumpla todos los requisitos se le tenga que imponer las manos  para que reciba el Espíritu Santo si no son bautizados por él en ese momento.

Recordemos por último cuales son las manifestaciones o dones del Espíritu Santo.

No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.  Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.

Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.  Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

1 Corintios 12: 1-11

Dice en la palabra:

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?”

Mateo 7: 16

¿Cuáles son los frutos que por naturaleza debe dar una persona convertida? La vida en Espíritu, esta vida debe ir acompañada de una cambio de conducta, como vemos en la carta de Pablo a los Gálatas:

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,  envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 

Mas el fruto del Espíritu es
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.  Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Gálatas 5: 16-25

En esto se ve reflejada una legítima conversión, en un cambio de vida, de conducta; no en que antes eras católico y ahora eres evangélico, esas cosas no valen nada delante de Dios si no has transformados tus caminos, acá no vale cuanto das de diezmo ni de ofrenda, o si dejar de ir un domingo a la iglesia, o si te confiesas con un cura. Dios no quiere sacrificio, quiere que los hombres sean transformados a misericordia.[3]

  

Malas interpretaciones del bautismo

“Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.  Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas.

 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro. Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.”
1Corintios 1: 10-17

Es cierto que una vez hemos creído y somos bautizados, hacemos automáticamente parte del cuerpo de Cristo que es la iglesia. ¿Cuál iglesia de Cristo? La única y verdadera iglesia. Por eso dice también en la misma carta a los corintios:

Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.”
1 Corintios 12: 13

Como dice el primer pasaje de la carta a los corintios, ¿acaso está divido Cristo? En ninguna manera, la realidad es que todos somos un cuerpo a pesar de las divisiones que han creado los hombres últimamente y que no son ajenas a la palabra. Como en ese entonces, algunos se hacían llamar de Apolos, de Cefas, otro de Pablo, así mismo hoy en día unos se hacen llamar pentecostales, bautistas, evangélicos o del pastor fulano, o del pastor zutano, o de la iglesia los amigos de Jesús, o de la iglesia venga acá y no a allá[4]. La realidad es que siempre hemos sido una y la misma iglesia.

Si su bautismo ha sido en nombre de alguna institución, en nombre de la iglesia católica, o de la iglesia evangélica, debo decirle que su bautismo es en vano y no ha comprendido nada de lo anteriormente expuesto. Algunas de las iglesias actuales exigen a los creyentes aun así vengan de otra “denominación” que deben bautizarse de nuevo bajo esta institución. Esto no es mas que crear nuevas denominaciones y divisiones del cuerpo de Cristo. Es necesario entender que es UN SOLO BAUTISMO en el sentido doctrinal:

“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. 

Efesios 4: 1-6
Si el bautismo no ha sido efectuado en los fundamentos bíblicos, es vano y es válido hacerlo de nuevo. No bajo el nombre de ninguna institución, pastor o visión. Solo hay una visión, una doctrina, una iglesia y todos estos conceptos están compilados en la palabra. No hay que dar pie a especulaciones e interpretaciones; en éste punto es donde aprovechan todos los que dividen el cuerpo para justificar sus errores, pareceres y opiniones.


[1] Leer todo el contexto. Mateo 20: 20-28
[2] Acá hace referencia a Mateo 3: 11
[3] Mateo 9: 13
[4] El autor no hace referencia a nombres de iglesias y pastores ficticios. 





domingo, 7 de octubre de 2012

LA SALVACIÓN - II


LA SALVACIÓN 

(segunda parte)



La oración de Fe

La oración de Fe es una práctica común en la iglesia tradicional de hoy en día, pero ¿puede realmente una oración salvar a una persona? La oración de Fe es el principal objetivo que persiguen los cristianos cuando salen a evangelizar, y mientras más personas la hagan, más efectiva es la cruzada evangelística. Pero la realidad es un poco distinta.

La oración de Fe realmente no tiene ningún antecedente bíblico. No encontramos en la palabra que haya sido practicada por Jesús, Juan el Bautista o por los apóstoles. Quienes la predican toman el versículo de Romanos 10: 8, donde tampoco se da a entender explícitamente que se tenga que hacer una oración para ser salvo. Por otra parte, la oración de Fe ha remplazado paulatinamente uno de los ritos que si están establecidos en la palabra: el bautismo.

“Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.  Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?  Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Hechos 2: 37 - 38

En este pasaje Pedro después de predicar indujo a la gente al bautismo una vez ésta se había arrepentido, no los invito a pasar al frente y a repetir una pequeña oración. Unos versículos mas adelante dice que 3 mil personas fueron añadidas ese día después de bautizarse:

“ Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”
Hechos de los Apóstoles 2: 41

El bautismo

El bautismo es finalmente la culminación de la obra de un evangelista, es el verdadero anhelo de quien ha predicado el evangelio: llevar a los nuevos creyentes al bautismo. Pero de la misma manera que en la oración de Fe, el bautismo es meramente un acto religioso si no se ha comprendido el evangelio.

­Una vez, ya después de haber comprendido nuestra posición delante de Dios y profundamente arrepentidos, solo nos queda preguntarnos ¿Qué haremos?[1] Y la respuesta es: solo nos queda nacer del agua y del Espíritu. Para entender este asunto, debemos saber que hay dos tipos de bautismo mencionados en la palabra: El bautismo de Juan el bautista y el bautismo de Jesús.

Hay que entender que el bautismo que predicaba Juan y el que enseñaban los apóstoles[2] era un poco diferente al que se enseñó después, porque el Señor no había muerto y resucitado, este bautismo solo preparaba las sendas, pero luego el bautismo debía ser en nombre del Señor Jesucristo para ser identificados con su muerte y resurrección.

El Bautismo de Juan

Juan tenía una función específica que cumplir antes que el Señor fuera manifestado y era “enderezar las sendas”[3]; esto es, predicar el arrepentimiento y perdón de pecados. Veamos:

“Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados…”
Lucas 3: 3

El bautismo de Juan consiste en la inmersión en agua del nuevo creyente, y su función es concedernos el perdón de los pecados cometidos anteriormente, un niño no puede ser bautizado porque no tiene conciencia de lo bueno y lo malo y por lo tanto no ha cometido pecado, el bautismo es el momento cuando Cristo toma el lugar que nos correspondía y somos sepultados juntamente con él en su muerte:

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
2 Corintios 5: 21
 
 Para entender este pasaje, hay que leerlo de esta manera:  “Al que no conoció pecado (ósea a Jesucristo), por nosotros (el Padre) lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”. Esto quiere decir que Jesús, quien nunca cometió pecado y fue justo y recto delante de Dios, tomo el lugar que nos correspondía a nosotros para que fuéramos justificados; es decir que el tomo nuestro lugar de pecadores y nosotros tomamos el suyo como si nunca hubiéramos pecado, ¿no es esto maravilloso? ¿Que nuestros pecados no sean tomados en cuenta? ¿Qué alguien que jamás pecó, lleve en su propia carne nuestro castigo?


“Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.”
Romanos 6: 4

Éste es el bautismo, ser sepultados con Cristo y nacer en una vida nueva, es el sello de la Fe, nuestra plena identificación con quien llevó nuestro pecados en la cruz[4], quien intercede ante el Padre a nuestro favor[5], quien nos salvara en el día del juicio y nos dirá: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo[6].

¿Que es nacer en una vida nueva? Es la vida que solo produce un legítimo arrepentimiento, por eso dijo Juan El bautista: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (mateo 3: 8) y ¿en que consisten estos frutos de arrepentimiento? Dice la escritura:

“Y la gente le preguntaba (a Juan el Bautista), diciendo: Entonces, ¿qué haremos?[7] Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?  El les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.” 
Lucas 3: 10: 14

Un legítimo arrepentimiento solo produce un cambió de vida, una verdadera conversión un agradecimiento profundo con quién te ha perdonado como veíamos en la parábola de los dos deudores, un amor verdadero. El bautismo sincero debe ir acompañado de un cambio de vida.

 “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” 

Marcos 3:16

En este pasaje, en propias palabras del Señor Jesús nos da a entender que para el creyente es un requisito ser bautizado. El bautismo debe ser inmediato, una iglesia que exige un curso para bautizarse o que posterga el bautismo definitivamente no es un buen lugar para bautizarse. Y una iglesia que no se preocupa por el bautismo inmediato de sus seguidores, que puede esperar al siguiente encuentro o retiro espiritual confiados en una pequeña oración, es definitivamente una iglesia que no ha sido establecida en buenos fundamentos o los ha ido dejando pasar poco a poco.

No es necesario un lindo paisaje, ni una gran cena, ni hacer una gran fiesta,  es suficiente en una tina llena de agua donde pueda haber una inmersión. Hoy en día está muy de moda viajar hasta el rio Jordan a bautizarse, pero esto no es más que un acto religioso y de vanidad (no juzgo a quienes lo hacen si lo hacen sinceramente, pero definitivamente es un acto innecesario), lo importante no es en donde, lo importante es tomar la determinación de hacerlo. Como vemos en la conversión del Eunuco. 

“ Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.” 

Hechos de los Apóstoles 8: 36 – 38[8]

Quiero llamar la atención a un detalle del pasaje de Marcos leído anteriormente.  El pasaje dice: El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” No dice que el que no fuere bautizado no será salvo, solamente dice que el que no creyere. Lo que salva no es el Bautismo, es la Fe. El bautismo es un requisito para el creyente y una vez se ha recibido el evangelio debe bautizarse, pero hay una excepción para aquellas personas que creyeron pero no alcanzaron a bautizarse, por ejemplo cuando la persona que recibió el evangelio esta en un hospital, imposibilitada de salir o moverse. Hay que entender que estas son excepciones que no quebrantan la regla, pero que no son excusas para nosotros; en la biblia tenemos el caso de 4 hombres, que su Fe era tan grande que vieron la necesidad de quitar el techo para llevar a un paralitico para ser sanado[9]. Si esta gente fue capaz de quitar el techo, creo que no podremos excusarnos fácilmente, pero un hermano maduro comprenderá las razones que lo lleven a hacer una excepción.




[1] Hechos 2:37
[2] Juan 3: 22
[3] Mateo 3:3; Lucas 3: 4-6
[4] 1 Pedro 2:24
[5] 1 Juan 2:1
[6] Mateo 25: 34
[7] Hechos 2: 37
[8] Leer todo el contexto. Hechos: 8: 26-40
[9] Marcos 2: 1:12

sábado, 6 de octubre de 2012

Agradecimientos

Con el favor de Dios y gracias a Él ya hemos superado las 1000 vistas del blog desde que se creó en el mes de agosto. 

Espero que los vídeos, los escritos, las noticias y el canal de Youtube sean de su agrado y sobretodo que sean edificantes.

Hoy contamos ya con una nueva sección "problemas del evangelismo moderno" que espero nos ponga a todos a reflexionar sobre nuestra condición actual y que tipo de enseñanza estamos predicando. 

Por otro lado me interesan mucho los comentarios, sugerencias, temas que les hayan gustado, preguntas, en fin. Los pueden dejar abajo de cualquier publicación o me pueden escribir al siguiente correo:

lasdosimientes@gmail.com

y sera respondido cuanto antes.



Muchas bendiciones y gracias por su apoyo!

LA SALVACIÓN - 1



como el primer escrito de nuestra nueva sección me quedó un poco largo, he decidido subir "La salvación" en tres partes para hacer mas cómoda su lectura. recomiendo no leer las partes separadamente para evitar confusiones y malas interpretaciones. La segunda parte será publicada pronto! 


PROBLEMAS DEL EVANGELISMO MODERNO

1



LA SALVACIÓN



La mayor preocupación de las iglesias cristianas tradicionales hoy en día es conseguir la mayor cantidad de seguidores. El afán por lograr así el “crecimiento” de la iglesia ha llevado a que se ofrezca un evangelio alivianado, sin antecedentes bíblicos; que persuadan a la gente a la búsqueda de su satisfacción personal y a que poco a poco se pierdan las enseñanzas originales que están establecidas en los evangelios, al punto tal, que los fieles seguidores de estas iglesias pueden leer una y otra vez los mismos versículos y no darse cuenta de su error y quienes lo hacen generalmente son  censurados o etiquetados como rebeldes.

Uno de los puntos más básicos del evangelio es la salvación. Aún así, no es raro encontrarse con hermanos e incluso pastores que llevan años predicando y que no tienen claro este punto y su enseñanza esta ligeramente torcida.



El evangelio moderno

Hoy en día las iglesias usan varios anzuelos para atraer gente a sus puertas. Cosas como la música, los milagros, y promesas vacías de prosperidad, felicidad, consuelo y propósito hacen parte de éstas estrategias. De esta manera llegan muchas personas a la iglesia, pero pocos en realidad comprenden a cabalidad el evangelio, es como diría yo: llegan a Cristo “por las razones equivocadas”. En realidad no buscan a Dios, solo buscan los milagros, o el dinero, o la paz que les puede ofrecer la iglesia. Dios gira alrededor del hombre satisfaciendo sus deseos, pero el hombre no gira en torno a Dios, éstas estrategias son una base poco firme para los nuevos creyentes y son los primeros en alejarse al momento de ser probada su Fe (al no recibir lo que esperan), son la semilla que cayó en los pedregales[1], se van porque su evangelio no tiene raíz de donde fortalecerse y la única manera que persistan en los caminos de Dios es que las estrategias que usa la iglesia sean constantemente renovadas, pero igual sin profundidad de palabra.  

Por otro lado, el gozo y la paz, son frutos legítimos del Espíritu Santo[2], pero no es el motivo por el que buscamos a Cristo, ¿que pasaría si le predicamos acerca de la felicidad a una persona que tiene una buena familia, un buen trabajo producto de su educación, esfuerzo,  con buenos amigos y una vida placentera? Seguramente esta persona pensará que no necesita a Cristo, porque ella ya es feliz, no necesita alguien que lo haga feliz.

Cuando prediquemos a las demás personas nuestra Fe, es importante saber cuáles son las razones por las que deben correr a la gracia que es por medio de la obra redentora de el Señor Jesús. La gente que no entiende las razones de porque el hijo de Dios tuvo que ser sacrificado, es gente que menospreciara el evangelio. 

En la palabra tenemos 3 testimonios evangelistas. El primero es el de Juan el Bautista, el segundo es el de el propio Señor Jesús y el tercero es el de la iglesia primitiva, además de eso, podemos sumar el ministerio de Pablo que entra en muchos detalles acerca de lo que predicaron los 3 anteriores, pero no vamos a tratar en esta ocasión. Vamos a tomar algunos versos y mirar que factores comunes encontramos en éstos 3 testimonios.

Juan el Bautista:

“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
Mateo 3: 1-2

El Señor Jesús:

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.
Marcos 1: 14-15

Los apóstoles:

“Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.  Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?  Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Hechos  de los Apóstoles 2: 36-39

Los 3 evangelistas coinciden en la predicación del arrepentimiento, este es el verdadero llamado que nos están haciendo. Ninguno hacen llamado a la prosperidad, ni a la felicidad, y aunque Cristo hacía milagros, tampoco esta era la base de la predicación. Si nosotros no entendemos que por la gravedad de nuestro pecado estamos condenados a pasar la eternidad en el infierno, y ese es el motivo que llevó al Padre a tener que crucificar a su hijo; que no es nuestra comodidad, ni por promesas de una vida mejor, si no nuestra rebeldía, orgullo, ignorancia por lo que fue necesaria la muerte del rey del universo, si no comprendemos esto, vamos a ser como hijos mal criados, esperando las promesas, los dones, los ministerios y los milagros; pero nunca vamos a darnos cuenta cual es nuestra verdadera posición delante de Dios, que por nuestra culpa debemos estar destituidos de la gloria de Dios y que su mas fiel regalo fue habernos restituido con el Padre para siempre.

¿De qué he sido salvo?

Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: «¡Generación de víboras!, ¿quién os enseñó a huir de la ira venidera?...
Mateo 3: 7

¿A qué se refiere Juan cuando habla de la ira venidera? La advertencia sobre el santo juicio de Dios en el final de los tiempos es parte importante del mensaje del reino de los cielos que enseño Cristo y podremos verlo en varias de sus parábolas como la del trigo y la cizaña (Mateo 13: 24-30 y 36-43), La red (Mateo 13: 47-50), la fiesta de bodas (Mateo 22: 1-14) las vírgenes (Mateo 25: 1-13) los talentos (Mateo 25: 14-30) solo para citar algunas de las muchas parábolas que mencionan el juicio venidero.

También podemos citar tan solo uno de varios pasajes que menciona Cristo acerca del juicio:

“Cuando el hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de Él todas las naciones y apartará a unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda.

Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo…

…Entonces también dirá a los de la izquierda: apartaos de mi, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles….

… e irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna.”

Mateo 25: 31- 46

Esta es una clara advertencia sobre el juicio eterno que ocurrirá en la venida del hijo del hombre, es decir, de nuestro Señor Jesucristo. Todos vamos a comparecer ante un juicio, y nadie será encontrado inocente ese día por causa de nuestro pecado, solo quien se arrepiente sinceramente y ha buscado refugio de la ira venidera en la preciosa sangre de Jesús.  



Los dos deudores

En la palabra tenemos un claro vestigio de una persona que recibe a Cristo arrepentida y otra que no. Veamos el ejemplo:

 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.  Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.  Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. Entonces respondiendo Jesús, le dijo:  Simón, una cosa tengo que decirte.  Y él le dijo: Dí, Maestro. 

Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;  y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Dí, pues, ¿cuál de ellos le amará más?

Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.  Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.  No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.  No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados? Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vé en paz.
Lucas 7: 36-50

En este pasaje encontramos dos personajes. Uno es el fariseo (verso 36), que representa la autoridad religiosa de la época, un hombre que cumplía la ley, seguramente intachable y justo (en su propia opinión), que daba ofrenda y ayunaba. Y en contraste una mujer pecadora (v. 37), algunos estudiosos dicen que la expresión se refiere a una prostituta, un trabajo poco honroso y que nadie desearía tener.

Pero la reacción de ninguna de estas dos personas no es la que esperaríamos y mucho menos la del mesías. La mujer empieza a ungir los pies del maestro con perfume y lagrimas, y a enjugarlos con sus cabellos mientras los besaba (v. 37-38), mientras que el fariseo ni siquiera cumplió con las normas básicas de cortesía de la época (v. 44-46).  Aun así, el fariseo menosprecia a esta mujer y la considera de alguna manera inferior a él. (v. 39)

En ese momento Jesús conociendo los pensamientos del fariseo le narra una parábola (v. 40-43) donde hay dos deudores, uno debe mucho y el otro poco, pero los dos son perdonados, la pregunta es, ¿cuál de los dos ama más a quien perdono su deuda? La respuesta es a quien perdono mas obviamente.

La parábola era una imagen de aquella escena que estaban viviendo en ese momento, el fariseo era el hombre que debía poco y la mujer era el hombre que debía mucho, y el acreedor que les perdona a ambos es el Señor Jesús. La deuda no son más que los pecados que han cometido cada uno, de esta manera la mujer ha sido más pecadora que el fariseo, por tanto su deuda es mas grande. Y acá vienen las palabras de nuestro Señor:

“Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.  Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.” 

Lucas 7: 47 -48
Por eso también dice la escritura:

Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. 
Marcos 2: 17

¿Qué fue lo que motivo a la mujer pecadora, a traer el perfume, derramar sus lagrimas, besar los pies del  Señor y enjugarlos con sus cabellos? El arrepentimiento. La multitud de sus pecados la llevaron al arrepentimiento y esto fue motivo suficiente para postrarse ante Dios, porque ella tenía una gran deuda delante de Él y el tenía el poder de perdonarla. Eso es lo que pasa cuando una persona arrepentida se presenta ante Dios: derrama todo su ser, se aflige de corazón, recibe a Dios con toda la reverencia que se merece, no escatima en el precio, se humilla ante Él, se postra.

Por otro lado esto es lo que tenemos cuando una persona “invita” a Dios sin arrepentimiento: lo recibe como si nada, no le ofrece agua para sus pies, ni le da beso para saludar, para él es una persona más.

Por último, el evangelio no es excluyente de personas. No es necesario llevar una vida de pecador para amar mucho al Señor, no hay que estar en las drogas, ni ser asesino, ni violador; acá la cuestión no es ser pecador, es reconocerlo. El problema del fariseo no era ser pecador, era que no lo reconocía; seguramente él pensaba que ayunar y dar ofrenda era suficiente para ser parte del reino de Dios y que había guardado suficiente la ley como para no ir al infierno y que tal vez su deuda con Dios no era tan grande como la de la mujer. El problema no es ser justo, el problema es creerse justo, cuando sabemos que la palabra de Dios es clara:

“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;  No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios.”

Romanos 3: 10-11


“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios…”

Romanos 3: 23

La razón más importante por la cual acudimos a la gracias de Cristo, es porque sencillamente estamos imposibilitados para acceder al reino de los cielos por el pecado, estamos destituidos de la gloria de Dios y somos hechos enemigos de él. Nadie puede cumplir la ley toda su vida, nadie puede considerarse justo delante de Dios, puede jactarse de su moral delante de los hombres y presumir ante sus amigos, pero nadie será llamado justo delante de Dios en el día del juicio; por eso quien se presente ante Dios debe hacerlo mediante la sangre de Cristo.

¿De que sirve tener una vida prospera, ser el hombre más sabio, más fuerte, más guapo, ser sanado de todas tus enfermedades si no te has reconciliado con Dios? Puedes obtener un milagro de Dios, pero no la vida eterna; como en el caso de los 10 leprosos, los 10 fueron sanados, pero solo uno fue salvo[3].




[1] Mateo 13: 5-6 La parábola del sembrador.
[2] Gálatas 5: 22
[3] Lucas 17: 11-19