¿somos
todos iguales ante Dios?
Hoy
en día, todo el mundo es experto en hablar de “igualdad”, lo gracioso es que la igualdad no existe en el mundo; y
como creyente no pude dejar de preguntarme ¿somos todos iguales ante Dios? Y la
respuesta es SI, pero debemos entender primero en que consiste esta igualdad.
Algo
que escucho muy comúnmente es que todos somos hijos de Dios. Lo dicen mucho los
católicos, pero realmente NO TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS.
La
biblia si afirma que todos venimos de una sola pareja de seres humanos, negros,
blancos, ricos, pobres, musulmanes, judíos, hindúes, etc… por lo tanto
compartimos toda la raza humana un vínculo de hermandad. No son mejores los
negros que los blancos, ni los judíos que los musulmanes, pero la biblia
también afirma que por cuanto TODOS hemos pecado, hemos sido destituidos de la
gloria de Dios.
“Por tanto,
como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así
la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
Romanos 5:
12
“…Porque no
hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios…”
Romanos 3:
22b-23
Cristo le
dijo enfáticamente a los judíos:
“Vosotros sois de
vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha
sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y
padre de mentira.”
Juan 8: 44
Por
su puesto a nadie le gusta que le digan que es hijo del diablo, mucho menos
ahora que se guardan tanto las apariencias; pero Cristo dijo que somos hijos
del diablo por el hecho de hacer las cosas que él hace. El diablo es mentiroso
y nosotros queremos mentir, el diablo es homicida y nosotros queremos matar, el
diablo es blasfemo y nosotros queremos blasfemar.
Todos
los hombres son pecadores por causa de la trasgresión de Adán y por lo tanto
TODOS tenemos la misma Naturaleza pecaminosa, que se manifiesta en cada uno de
una manera diferente, por eso no debemos juzgar a nadie por su pecado. La
biblia dice:
¿No sabéis
que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios,
ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
1 corintios
6: 9 – 10
Los hombres no sabemos delante de Dios que pecados son peores que
otros, eso es muy difícil de juzgar, aunque nosotros vemos que hay autoridades
también instituidas por Dios, que se encargan de administrar la justicia,
nosotros vemos que éstas constantemente fallan, se equivocan, se reevalúan y
cambian. No podemos decir que matar es necesariamente peor que mentir, porque
¿cuántas de las mentiras de los políticos llevan a la desigualdad social, al
robo y el homicidio? No puedo decir que soy mejor que un homosexual, porque yo
puedo ser un borracho, un mentiroso, puedo estar deshonrando a mis padres. En
esa medida todos somos iguales y puedo amar y tolerar a todos los hombres, pero
no por eso puedo tolerar ni amar la mentira, el adulterio, ni el
homosexualismo, porque hacen parte de la naturaleza caída del hombre.
“No juzguéis, para que
no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con
la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en
el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O
cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en
el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás
bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.”
Mateo 7: 1-5
Para
ser hijos de Dios debemos nacer de nuevo como nacimos de nuestra madre que nos
engendró en el mundo, con esta naturaleza pecaminosa, asi también debemos nacer
de nuevo, en una nueva creación, con una nueva naturaleza:
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el
que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
Juan 3: 3 y 5
Leamos
a continuación la idea completa de los versículos de Romanos que leímos
anteriormente.
“…Porque
no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio
de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por
alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en
este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al
que es de la fe de Jesús.”
Romanos 3:
22b – 26
“Por tanto,
como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así
la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron…
Pues si por
la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno
solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la
justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos
los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres
la justificación de vida. Porque así
como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos
justos.
Romanos 5:
12 y 17-19
Asi como todos compartimos el vínculo común del pecado y todos
estamos destituidos de la gloria de Dios sin importar de qué raza seas, estrato
social, corriente política, en fin. Todos también tenemos la misma esperanza y
somos susceptibles a la misma salvación que es por medio de Jesucristo.
De esta manera no justifico de ninguna manera la injusticia que se
comete en el mundo, ni la desigualdad; claro que hay que defender siempre la
justicia y denunciar la desigualdad; pero con la excusa de la “tolerancia”
quieren constantemente que aceptemos conductas inapropiadas, con la excusa de
la “igualdad” quieren que consideremos a lo malo igual que lo bueno. Ya todos
somos iguales TODOS SOMOS PECADORES Y NECESITAMOS UN SALVADOR QUE ES EL MISMO
PARA TODOS: JESUCRISTO.