6. Es egoísta
No solo se ha cambiado el foco del amor de Dios,
del eterno y poderoso sacrificio del poder de Dios a los beneficios temporales
de este mundo (como veíamos anteriormente), sino también se ha perdido la
centralidad misma de la vida espiritual. De un tiempo para acá las personas no
nos preocupamos por llevar una vida que gire alrededor de Dios nuestros Padre,
sino que pareciera que entendiéramos que Dios gira alrededor nuestro.
En lugar de buscar ser hombres que buscan cumplir
con los estatutos de Dios, que buscan la voluntad de Dios, parece que fuera
Dios el que tiene que estar pendiente de cuáles son nuestros caprichos y
condiciones para seguirlo a El. Pareciera que el plan de Dios fuera complacer
al hombre y no al revés como debería ser.
“dándonos
(Dios) a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se
había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en
la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los
cielos, como las que están en la tierra.”
Efesios 1:
9-10
En éste pasaje de Efesios nunca dice que el
misterio de la voluntad de Dios sea reunir todas las cosas alrededor del
hombre, sino alrededor de Cristo; aunque definitivamente nos conviene que así
sea, porque la palabra también nos da la promesa de que seremos coherederos
juntamente con Él, pero si padecemos con Él acá en la Tierra.
Y si hijos,
también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos
glorificados.
Romanos 8:
17
Otra forma de perder el foco central del
evangelio es cuando uno pone los ojos en el resultado de las campañas
evangelistas. Cuando una persona “aliviana” el evangelio para obtener “mejores”
resultados, no esta poniendo sus ojos en el Señor, esta poniendo los ojos en si
mismo, en lo que puede hacer para ayudar a Dios, pero Dios no necesita nuestra
ayuda. Nosotros somos simples servidores en la obra de Dios y no debemos
cuestionar o preguntarnos como Dios hace su obra. Nosotros ponemos la semilla
del evangelio en el corazón pero alguien más la regará.
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha
dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios,
que da el crecimiento.
1 Corintios 3: 6-7
La principal razón por la cual predicamos el
evangelio es porque es un mandamiento del Señor, no para “dar resultados”,
algunos serán mas “exitosos” que otros, pero no nos corresponde a nosotros
juzgar el plan del Señor.
Cuando Pedro le vio (a Juan), dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de
éste? Jesús le dijo: Si
quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.
Juan 21: 21-22
Otra cosa común que he encontrado entre los creyentes, es que
muchos sobreponen su experiencia personal a lo que dicen las escrituras.
Algunas de las personas que tienen experiencias negativas predicando, no
vuelven a hacerlo y asumen que estas experiencias negativas son “confirmaciones”
de Dios para que no predicar el evangelio; a pesar que en la palabra diga tácitamente
que debemos predicar el evangelio en todo momento a toda criatura(Marcos 16:
15) (2 Timoteo 4:2) Este es un ejemplo donde se sobrepone la experiencia personal
a las escrituras, pensar de esta manera es decir que Dios se equivocó al poner
esas palabras en la biblia y que nosotros somos más sabios que Él. Como vemos
en las escrituras, los apóstoles y el propio Señor Jesús pagaron un alto precio
por predicar el evangelio y esto nunca los hizo retroceder y nunca
interpretaron esto como una señal de Dios para dejar de predicar.
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que
pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque
¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué
recompensa dará el hombre por su alma?
Mateo 16: 25-26
Esto es el significado de tomar la cruz, negarse a si mismo
por los demás, tomarse la molestia de gastar tiempo y dinero en predicar el
evangelio a los demás aún sabiendo que probablemente no te recibirán e incluso
puedan agredirte. Lo importante no es ganar almas de cualquier manera, ¿de que
le sirve al hombre ganar almas si no ha sido fiel al Señor? Habrá ganado a todo
el mundo, pero habrá sido pobre para con Dios.