viernes, 31 de agosto de 2012

LA REVELACIÓN DEL HIJO

LA REVELACIÓN DEL HIJO



“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,  en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;  el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos...

…Mas del Hijo dice: 

Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, 
Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, 
Con óleo de alegría más que a tus compañeros[1].

 Y: 

Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra,  
Y los cielos son obra de tus manos. 
Ellos perecerán, mas tú permaneces; 
Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, 
 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; 
Pero tú eres el mismo, 
 tus años no acabarán[2].


Hebreos capitulo 1



Cristo, la imagen del Dios invisible

En el capitulo anterior “la revelación del Padre”, vimos varias maneras de acercarnos a ese Dios creador que es invisible, inconmensurable, eterno; pero aun no hemos profundizado en la más importante; en el pasaje de Hebreos tenemos una pista: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,  en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo”.

Dios primero que todo habló por medio de los profetas del pueblo escogido, y sus enseñanzas y preceptos quedaron establecidos en los libros que hoy componen el antiguo testamento y otros. Pero en estos días postreros se manifestó por medio de Jesucristo[3].

Jesucristo es el mayor representante del reino de los cielos, por eso su nombre es Emanuel que significa Dios con nosotros[4] y su misión fue venir a darnos a conocer el Padre como dice en el mismo pasaje de Hebreos: “…en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;  el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder…”. Por eso el es llamado la imagen del Dios invisible.

El propósito de Cristo no era solamente su obra redentora, es darnos a conocer al Padre, su carácter, su reino y su gran amor y de ésta manera que el Padre sea glorificado; a nuestra generación[5] le concierne estudiar y comprender quien es Dios a través de la persona de Jesucristo.

“Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: 

¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?  ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.  De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.  Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”. 

Juan 14: 8-13


A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer
.

Juan 1: 18

Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.

Juan 8: 19



A continuación, vamos a entrar en detalles acerca de la persona de Jesucristo, quien es y cual es su propósito.



El primogénito de la creación

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo:  

Este es de quien yo decía: El que viene después de mí,
es antes de mí; porque era primero que yo. Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.

Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer
.

Juan 1: 1-18

El es la imagen del Dios invisible (Jesús), el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas,  las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;  sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Colosenses 1: 15 - 20

La primera presentación que hace el Apóstol Juan de Jesucristo es como “El Verbo”. Ésta palabra, ésta acción estaba con Dios y además era Dios mismo. Es curioso notar que Juan empieza su evangelio de la misma manera que empieza el libro del Génesis: “En el principio”.  Es decir que esta palabra, este verbo, esta acción ha existido desde siempre, fue lo primero que hubo antes de nada, por eso Jesucristo es llamado en colosenses el primogénito de toda creación.


 “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”.

“Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas… y fue así”.

“Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así”.


“Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche… Y fue así”.

“Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos”. 

“Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así”. 

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…  Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. 

Génesis: 1: 1-31 (El relato de la creación)


En el pasaje del génesis Dios crea todas las cosas por medio de su palabra (del verbo), esta palabra era  Cristo mismo, a través del hijo, nada existe si no es por Cristo “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.

En la revelación del Padre hablábamos acerca de que nada puede ser resultado de la nada, el universo debe venir de algún lado; debe haber una “plenitud preexistente”, como dice en colosenses “por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud”, esta plenitud de la cual se sustraen todas las cosas es Cristo, nada es echo si no es por medio de ÉL.



El unigénito, el único heredero

Otro nombre con el que conocemos a Jesucristo es como “el unigénito”, es decir, el único de su género, el único nacido con los genes del Padre, y así lo reconocemos con el único y verdadero hijo de Dios. Esto es importante porque al ser el unigénito es el único heredero del Padre, el único que recibirá el trono de su reino. Y éste es y era realmente el propósito de Cristo, establecer todas las cosas alrededor de Él.

dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”. 

Efesios 1: 9-10

Cristo debía manifestarse cuando el hombre comiera del árbol de la vida, pero el hombre prefirió el conocimiento del bien y del mal y tuvo que postergarse la venida del legítimo heredero de Dios y ahora también se debía completar una obra redentora a causa de la caída del hombre, en otras palabras la revelación de Cristo tuvo que ser ocultada por un tiempo hasta que fuera el momento indicado. Por eso dice en la primera epístola de Pedro:


“…sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros…”

1 Pedro 1: 18-20

“Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.”

Romanos 16: 26-27

¿A que se refería Pablo cuando decía “según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos pero que ha sido manifestado ahora”? ¿no era Cristo quien se había acabado de manifestar? ¿Acaso no habla toda la carta a los romanos sobre la obediencia a la Fe por medio Jesucristo? ¿No era Cristo este misterio oculto?

Por eso las interpretaciones constantes sobre que el ángel de Jehová eran manifestaciones anteriores Cristo son equivocadas, porque todavía no era el tiempo de la manifestación del heredero de Dios, además Jesús no es un simple ángel, Él tiene un nombre muy superior.

“…por la resurrección de Jesucristo, quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.

1 Pedro 3: 21b-22

Asi como nada de lo que existe no es sustentado si no es por medio de Cristo, nada ni nadie va a heredar si no es bajo el nombre de Cristo, nadie es hijo de Dios, sino solo por medio de Jesucristo y en esto consiste el ministerio de Jesús que lo trataremos con más cuidado en otro capítulo.


[1] Salmo 45: 6-7
[2] Salmo 102: 25-27
[3] Ver: parábola de los labradores malvados. Lucas 20: 9-18
[4] Isaías 7:14
[5] Nuestra generación es llamada en la biblia, como la de “los tiempos postreros” y abarca desde la primera hasta la segunda venida de Jesucristo.

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