sábado, 24 de agosto de 2013

7 razones para rechazar el evangelio de la “felicidad”

               4. Es Excluyente

Hoy en día es frecuente encontrar una predicación del evangelio con una fuerte carga emocional y es apenas entendible porque a veces nos encontramos con personas que solo son sensibles a la palabra de Dios cuando tienen problemas, cuando están buscando consuelo, riquezas o consejería. El problema es que éstas personas solo buscan un refugio temporal a sus problemas terrenales y no están buscando una solución a su problema más importante que es el pecado que lo ha excluido de la gloria de Dios.

Pero ¿que sucede cuando nos topamos con personas que llevan una vida normal? ¿le dirías a una persona que con el sudor y esfuerzo de toda una vida ha conseguido todas sus riquezas, que Dios le dará aún mas de lo que tiene tan solo con una pequeña oración? Esta persona en principio podría pensar que el evangelio es para personas mediocres que no quieren trabajar; lo máximo que podrías esperar de esta persona es que en una desgracia de la vida pierda todos sus bienes y de esta manera se vuelva sensible al evangelio de la riqueza.

¿le dirías a una persona que tiene una bella familia, que tiene salud y prestigio, que Dios tiene un plan  maravilloso para su vida? Si esta persona de por si ya tiene una vida maravillosa! Y lo mejor de todo es que no necesitó a Dios para conseguirlo. Con suerte alguna desgracia acongojará a este hombre y podrás compartirle el evangelio de la felicidad.

Como vemos el evangelio de la “felicidad” no es para todas las personas, es para quienes tienen problemas, están tristes, confundidos, buscan consejo, etc. El problema es que en la mayoría de los casos, estás personas una vez obtengan lo que necesiten se alejaran de las cosas de Dios porque habrán cumplido su meta y si no lo consiguen también se irán desilusionados pensando que los han engañado. 

Solo hay una cosa que TODAS las personas tienen en común y es que TODOS SOMOS PECADORES y necesitamos de la preciosa sangre de Cristo. Cuando se siembra la semilla en los corazones, esta caerá en personas muy diferentes, algunos ricos y otros pobres, algunos tristes y otros alegres, algunos exitosos y algunos fracasados. Si se predica el evangelio que Dios puede mejorar nuestro estilo de vida, este será solamente atractivo para unas personas y no para otras; en cambio, el evangelio que confronta el pecado está dirigido a todos, porque TODOS somos pecadores.

El Espíritu del Señor está sobre mí, 
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.
Lucas 4: 18 -19

Si tomamos esta palabra literalmente podríamos decir que el mensaje del evangelio es exclusivo para las siguientes personas:

  • ·         Pobres
  • ·         Quebrantados de corazón
  • ·         Cautivos
  • ·         Ciegos
  • ·         Oprimidos

Pero tenemos que entender que esta palabra habla en términos espirituales. Los pobres son los pobres de espíritu (Mateo 5: 3), cautivos a la ley del pecado (Romanos 7: 23), a los ciegos se refieren a los que están en tinieblas (Mateo 8: 12) y los oprimidos por el diablo (Hechos 10: 38)

Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. 

2 Corintios 7. 10


La tristeza a la que Pablo se refiere acá, no es la tristeza que sentimos cuando nos deja nuestra novia, o cuando perdemos nuestro trabajo; es la tristeza que nos produce el pecado, el haber ofendido a Dios, de manera que los quebrantados de corazón son aquellos quienes reconocen sus pecados antes Dios. El Salmo 51 escrito por David, es un gran ejemplo de esta tristeza según Dios.   


Continua....



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